En el actual modelo de este tipo de transporte existe un impresionante desorden que impide que los taxis sean componentes de la solución del movimiento diario de los usuarios, al estar fuera de toda reglamentación por no estar adscritos a piqueras donde se pueda racionalizar sus funciones.
En la actualidad, el tradicional “no voy” de los conductores, su escasa cortesía, los vehículos en pésimo estado y la numerosa flota que descansa en las oficinas públicas y empresas particulares sin prestar el servicio, agrava todos los días la movilización de la población.
Nuestra Opinión
Lo más importantes es que se establecerá una actividad rentable, que ha perdido efectividad por el desorden con que se lleva a cabo y cuyos costos quieren ser traspasados al usuario. Recordemos que se decía que el transporte público no era buen negocio y en la transición hacia el nuevo sistema se ha descubierto lo contrario.
Finalmente, con el ordenamiento de los taxistas, el Metrobús, el Metro y el plan vial capitalino, los tranques serán cosas del pasado y la ciudad será más armoniosa, lo que significará una mejor calidad de vida.
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